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Curacaví

El primer documento oficial de la comuna se remonta al año 1550, a través del cual el conquistador Pedro de Valdivia entrega a Juan Bautista Pastene las mercedes de tierra y la encomienda de los indígenas picunches que habitaban a orillas del río Puangue, específicamente junto al cerro llamado antiguamente cerro de las Brujas, que está detrás del actual cementerio.

El italiano -que llegó a ser el almirante del Mar del Sur, además de alcalde y regidor de Santiago- recibió las tierras y sus respectivos caciques: Antequilica, Chumavo y Catalangua. El pueblo del Puangue estaba ubicado en las inmediaciones de Curacaví y en él existió un tambo que había pertenecido a los incas 1. En el lugar, que pasó a nombrarse como Tambo Viejo del Puangue, Pastene instaló una fábrica de frazadas y jarcias (cables y cuerdas para las embarcaciones) utilizando el cáñamo y lino que mandó a sembrar.

Junto al almirante, llegó la Congregación de los Jesuitas que cultivaron viñas y árboles frutales. El abate Juan Ignacio Molina, intelectual y precursor del conocimiento científico en el país indica sobre este territorio: “El Puangue que corre asimismo, por debajo de la tierra muchas leguas, no renace este más purificado ni mejorado en sus cualidades, porque sus aguas son de nacimiento, tan delicadas, cristalinas y suaves, que no pueden mejorarse porque no tienen su origen como otros, de la nieve, sino sus minerales de oro por cuyas vetas como por arcaduces de este precioso metal, corre en acanalado y ceñido de la una y otra banda de hermosísima arboleda y si sus aguas son tan saludables, que ellas por si sola son medicinales y ayudan tanto a la digestión que aunque haya excedido en la comida más de lo que abraza el estómago y hechándose un jarro de agua de este noble estero, se siente desembarazado y con nuevo apetito” 2.

A la muerte del Almirante Pastene en 1580, los temporales de lluvia destruyeron las obras de regadío, que sumado a un periodo de sequías, hizo que las poblaciones indígenas se trasladaran a Pomaire, tierras con más abundancia de agua 2.

En el siglo XVII, la comuna contaba sólo dos propiedades: una que iba desde el cerro del cementerio hasta donde se emplaza la Municipalidad en la actualidad; y otra que seguía hasta el puente del Puangue.

La primera fue comprada en 1720 por el teniente Francisco Cofré, mientras que la segunda, fue adquirida por Juan Luis Morales el año 1840. Ambos territorios fueron heredados por sus respectivos descendientes. En tanto, los terrenos de los Capachos y Las Rosas, fueron comprados en 1730, por el teniente Bernardo Escobar, cuyos descendientes también lo subdividieron 3.

La privilegiada ubicación de Curacaví, la convirtió en paso obligado entre Valparaíso y Santiago, especialmente luego que el gobernador Ambrosio O’Higgins renovara un antiguo sendero de mulas y caballos y mandara a construir un camino más expedito y cómodo para los carruajes, el llamado “camino de caballo” o de “las cuestas”. Las obras, que se extendieron entre 1791 y 1797, fueron financiadas a través de un sistema de cobro de impuestos a la carga por carreta o mula. Con este nuevo camino, la distancia entre Santiago y Valparaíso se redujo de 30 a 22 leguas. El recorrido partía de la calle San Pablo, para seguir luego por Pudahuel, lo Aguirre, cuesta de lo Prado, Curacaví y cuesta de Zapata 4. Los viajeros acampaban en Curacaví para reponer sus energías, precisamente antes de enfrentar la temida cuesta. 

Con la llegada del ferrocarril Santiago – Valparaíso, en septiembre de 1863, la carretera de Curacaví perdió importancia en su rol de conexión regional. Tanto así, que Benjamín Vicuña Mackenna describe a la localidad en 1874 como “un caserío apagado y que no volvería por segunda vez a levantar”. Sin embargo, con el uso de los automóviles, Curacaví toma nueva fuerza. En 1930, el general Carlos Ibáñez inaugura la cuesta Barriga y pavimenta el resto del camino, que se acortó aún más con el túnel Zapata (1955) y el túnel Lo Prado (1970).

Otro hito que marcó la historia de la comuna fue la construcción del canal Las Mercedes (1854-1884) que con 130 kilómetros permite regar el valle de Curacaví y de María Pinto, propiciando el crecimiento de la actividad agrícola de la zona.

La Municipalidad de Curacaví fue creada una década después, el 6 de mayo de 1894.

Curacaví proviene del mapudungún kura (piedra) y kahuin (reunión) que significa reunión junto a la piedra. También se traduce como piedra de la reunión o “piedra del festín o sacrificio”. Otra versión indica que viene del vocablo Kuraka Ví que significa asiento o trono del Curaca, jefe inca.

La comuna está inmersa entre cerros de la cordillera de la costa en la zona central. Pertenece a la provincia de Melipilla y limita con Casablanca, Quilpué, Lampa, Pudahuel, Maipú, Padre Hurtado, Melipilla y María Pinto. 

La hidrografía de la comuna está conformada por el estero Puangue y sus afluentes, que cruza el área urbana de Curacaví.

Piedras tacitas
En el sector de El Pangal se encuentra una de las piedras tacitas más importantes de la zona central, la cuál presenta una decena cavidades, algunas de las cuales están comunicadas entre sí. No está claro el uso de estas piedras y alguna de las teorías le atribuyen funciones de herramienta para moler o pocillos donde preparaban anilinas vegetales para teñir las lanas o pintar la alfarería. La piedra es símbolo del escudo de armas y la bandera de la comuna 2.

Producción de chicha y “dulces chilenos”
El sacerdote jesuita Alonso Ovalle Pastene, habría traído de la precordillera de Los Queñes al interior de Curicó, las primeras cepas de vid para repartirlas entre los estamentos de la Congregación, en Santiago y otros lugares. Con la plantación de los viñedos se dio paso a los primeros productores de chicha en Curacaví. Brebaje que era muy apreciado por los carreteros y cocheros que transitaban el camino que unía Valparaíso y Santiago. 

Por otra parte, según consta en los registros municipales, en el año 1910, Justo Poblete obtiene el primer permiso para elaborar dulces artesanales. Era tradición que en los días de fiesta en las casas de campo, se elaborarán estos dulces: sus masas eran cocidas en hornos de barro y después rellenadas con manjar, melcocha, dulce de alcayota o dulce de pera, tapados con una capa crujiente de betún blanco.

 

 

 

En Curacaví nació William Rebolledo, almirante de la Escuadra Nacional durante la Guerra del Pacífico. Fue nombrado en febrero de 1879, dirigiendo el bloqueo de El Callao y de Iquique. Sin embargo, al fracasar en la captura del monitor "Huáscar", sumado a su mal estado de salud, renunció a la comandancia de la escuadra, el 12 de agosto de 1879.

Otro hijo ilustre de Curacaví es Rosamel del Valle, uno de los poetas chilenos más importantes del siglo XX, siendo su obra, junto a la de Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Humberto Díaz-Casanueva y Pablo de Rokha, piedra fundamental del período de las vanguardias 5. Vivió sus primeros tres años en el entorno rural, rodeado de “árboles, pájaros, campanas de misa y lámparas a combustible” 6.

En Curacaví también tuvo un fundo Manuel de Balmaceda Ballesteros, padre José Manuel Balmaceda, quien llegaría a ser Presidente de Chile entre 1886 y 1891. El hacendado tuvo numerosas propiedades: desde el "Hotel Inglés" en Santiago hasta haciendas y fundos en Casablanca, Santiago,  Melipilla, Vichuquén y Naltagua 7.

La folclorista Petronila Orellana dedicó en 1967 una cueca a la famosa chicha de la zona.

Chicha de Curacaví, Chicha baya y curadora
chicha de Curacaví, que poní los pasos lentos
chicha de Curacaví, a mi no me los poní
chicha de Curacaví, porque te paso pa’dentro.
Se acabo la chichita
allá va, allá va, también la vela
se curó la cantora
allá va, allá va, todos pa’fuera.

Luis Enrique Gúmera ha escrito dos libros con la historia de la comuna: En la ribera del Puangue y Confidencias del Valle. El investigador rural vivió en una casona encargada por la arquitecta Elena  Sagredo, que fue arrendada para que funcionara allí el Hotel Royal. Alojaron en el lugar diversas personalidades como la cantante y actriz argentina, Libertad Lamarque; el periodista chileno Premio Nacional 1956, Tito Mundt; además de los pioneros en el humor radial, Marta Charlin y Eduardo de Calixto 8.

 

 

 

Descarga y revisa la información disponible:

Libros e investigaciones:
- Evolución de la propiedad del valle de El Puangue, de Jean Borde y Mario Góngora. Año 1956. Memoria Chilena.


Sitios web:
- Municipalidad de Curacaví

- todomelipilla.cl 
- Historia canal de Las Mercedes


Archivo fotográfico:
- Memoria fotográfica de Curacaví (1950-1989). Proyecto nace el marco del proyecto de tesis de Betsy Cabezas y Natalia Flores para el Master en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de Los Andes. Municipalidad de Curacaví, Fundación Procultura y Biblioteca Nacional. Año 2021.


Videos:
Curacaví, El valle de la piedra de la reunión. Canal de youtube de Huschivetz. Entrevista al historiador local don Luis Gúmera Allendes, quien relata la historia de la zona desde tiempos prehispánicos hasta la fundación de la ciudad. Año 2018.

 

 

 

  1. Echaiz, R.L. (1975). Historia de Santiago. Curicó: Ediciones Nueve Noventa EIRL, 2017. 
  2. Municipalidad de Curacaví (s.f.). Historia de la comuna. 
  3. PNUD; Gobierno Regional de Santiago y Consultoría AMBAR (2012). Diseño de una estrategia regional de desarrollo turístico rural sustentable. gobiernosantiago.cl 
  4. Arteche P. (2012). El camino a Valparaíso a Santiago. Trazados y rutas coloniales. Valparaíso: pucv.cl.
  5. Memoria Chilena (s.f.). Rosamel del Valle (1901-1965). Más allá de la metáfora y de las cosas. 
  6. Sanhueza L. (2000). Itinerario por los bellos desastres de Rosamel del Valle. Santiago: Dolmen Ediciones S.A. 
  7. Ramírez F. (1990). Breve esbozo de la familia del Presidente José Manuel Balmaceda y sus relaciones afines (1850-1925). Santiago: Cuadernos con Historia, Departamento de Ciencias Históricas Universidad de Chile.
  8. Entrevista a Luis Enrique Gumera. (2017) Curacaví: Revista Curacaví Vive.