Monumento Histórico desde 1977
Su valor recae en ser uno de los pocos inmuebles coloniales que perduran en Santiago. Fue construida entre 1769 y 1779, bajo la dirección del arquitecto portugués Joseph de la Vega, por encargo del Conde de la Conquista, Mateo de Toro y Zambrano; presidente de la Primera Junta Nacional de Gobierno el 18 de septiembre de 1810.
Historia
El edificio es un caso excepcional en la arquitectura colonial, especialmente por su fachada de dos niveles, algo poco común en el Santiago del siglo XVIII, azotado por fuertes terremotos. Asimismo, su impronta se aleja del sencillo estilo colonial local, muy clásico, funcional y de líneas rectas; incorporando un primer nivel revestido con piedra rosada; ventanas y puertas con vanos arqueados; balcones con herrería y gran una portada coronada por un tímpano triangular, que deja espacio a un portón de madera con guiños al barroco americano, y delimitado a cada lado, por pequeñas ventanas de rosetón.
Su interior se distribuyó en torno a tres patios, el principal que miraba a calle Merced, tenía una función pública, pues en el primer nivel se ubicaron bodegas y dependencias destinadas a los negocios familiares; así como también algunas estancias de carácter social. Mientras que la planta alta, presumiblemente sirvió de dormitorios. Los patios posteriores eran de carácter privado y familiar; y el último, estaba reservado a huerto y servicios.
La casa sobrevivió los cambios urbanos de los siglos XIX y XX, convirtiéndose hacia 1945 en una conocida galería comercial, que deterioró sus espacios interiores, perdiéndose uno de sus patios. En 1977, junto a su declaratoria como Monumento Histórico Nacional, se decidió iniciar un plan de recuperación y restauración; reabriendo cuatro años más tarde, como Museo de Santiago.
El terremoto de 2010 dejó el edificio con severos daños, cerrándose al público. Actualmente todavía se encuentra bajo una exhaustiva restauración.
En la calle Asturias, se ubica esta espectacular mansión cuya delicada silueta inspirada en la arquitectura georgian norteamericana, refleja el espíritu original del barrio El Golf, diseñado como una urbanización moderna y elegante, con residencias rodeadas de jardines.
El arquitecto Luciano Kulczewski, considerado uno de los pioneros en emplear la arquitectura de vanguardia en Chile, fue contratado por Martín Figueroa Velasco en 1920, para construir su nueva casa en plena Alameda.