Monumento Histórico desde 1983
De arquitectura ecléctica, con reminiscencias del barroco italiano, fue encomendado por el agricultor y político Juan Francisco Rivas en 1887. El edificio de dos niveles, albergó locales comerciales, cocheras, servicios, la cava y un escritorio, en la planta baja; mientras que el segundo nivel se destinó como vivienda principal.
Historia
Al palacio se accedía por el pórtico central, desde donde surgía una escalinata de mármol que llevaba a un recibidor, los salones más importantes (decorados con pinturas murales), el Comedor, y las habitaciones de Trinidad Ramírez de Rivas y sus ocho hijos. La vivienda tenía la particularidad de ser muy luminosa, gracias a dos patios centrales que iluminaban las galerías y una serie de claraboyas estratégicamente distribuidas en recibos y pasillos.
Tras la muerte del señor Rivas, el edificio pasa a otros propietarios, siendo el más duradero, la famosa Ferretería Montero, que ocupó la planta baja y posteriormente adquirió el inmueble.
El cierre de la ferretería en la década de 1980, generó el abandono del edificio, que se salvó de la demolición gracias a su Declaratoria como Monumento Histórico en 1983. Desafortunadamente, dos años más tarde, el terremoto causó graves daños a la estructura, acrecentando su deterioro.
En 1992, la Sociedad Maifa, su nuevo propietario, comienza el proyecto de construcción de un nuevo edificio, conservando sólo la fachada principal y una sección de la lateral; además de un salón y la cava; demoliendo casi todo el interior del inmueble. De ese modo, surgió una torre de 20 pisos al interior del antiguo Palacio Rivas, actual Hotel Diego de Almagro.
En la calle Asturias, se ubica esta espectacular mansión cuya delicada silueta inspirada en la arquitectura georgian norteamericana, refleja el espíritu original del barrio El Golf, diseñado como una urbanización moderna y elegante, con residencias rodeadas de jardines.
El arquitecto Luciano Kulczewski, considerado uno de los pioneros en emplear la arquitectura de vanguardia en Chile, fue contratado por Martín Figueroa Velasco en 1920, para construir su nueva casa en plena Alameda.