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Peñaflor

* Imagen de portada: Casona El Reloj. Crédito de fotografía: Municipalidad de Peñaflor.

En sus orígenes prehispánicos, en el área donde se ubica la comuna actualmente se localizaban tres asentamientos indígenas: Pelvín (flor de Totora), Curamapu y Malloco (Agua de greda dorada) 1.

A la llegada de los españoles, los indígenas del sector de Curamapu fueron relegados y reducidos a los terrenos del sector  El Muelle. Se les quitaron sus tierras para favorecer a grandes terratenientes y se les adoctrinó en el catolicismo, creando jurisdicciones religiosas, como la de Tanco o Malloco (1579), una de las más antiguas del país 2.

Hacia el 1600, la zona se transformó en una aldea con terrenos agrícolas donde la mayoría tenían dueños europeos, como consecuencia de las mercedes de tierra entregadas por el conquistador Pedro de Valdivia. Los terrenos se transformaron en grandes estancias o haciendas motores de la economía colonial.

La Estancia de Peñaflor, cuyo territorio se encontraba al sur poniente del cerro la Virgen, perteneció a los Lisperguer, una de las familias más adineradas de la época, quienes mantuvieron los predios hasta 1781. En tanto, la Estancia Malloco que se originó en 1598, con la entrega de tierras por parte del gobernador García Ordoñez de Loyola, fue propiedad de la familia Erazo por generaciones hasta el siglo XIX. Mientras que la estancia Santa Cruz (actual comuna de Padre Hurtado) fue patrimonio de la familia Valdés – De la Carrera hasta que se suscitaron litigios por los deslindes de dicha hacienda y la de Malloco 3.

Ya en el siglo XIX, las haciendas comenzaron a dividirse en pequeños terrenos llamados quintas, muchas de ellas de propiedad de familias aristócratas de Santiago, quienes transformaron la zona en su lugar de veraneo. De esta época son herederas las Fiestas de la Primavera y la Semana Peñaflorina, ya que corsos de flores y los paseos campestres, fueron parte de los carnavales de esos años 2.

La creación del sector El Trapiche consolidó la idea de ciudad- balneario, donde familias adineradas de la capital construyeron hermosas casas que aún se pueden observar en calles como La Concordia o Los Canales, como el caso de la Casona Reloj, ícono en la comuna.

Sin lugar a dudas, la instalación de la filial Bata Chile, industria dedicada a la fabricación de calzado, marcó un hito para la comuna, tanto para su desarrollo habitacional como para su transformación económica, porque trajo cambios importantes para el comercio y otras actividades productivas. A los tres años de su funcionamiento (1939), la industria daba trabajo a 430 obreros, cifra que aumenta en la década del ‘60 a 2.500 empleados, lo que significó grandes beneficios y cambios para la tranquila vida de Peñaflor 2. Así, miles de familias decidieron radicarse en la comuna por motivos laborales, siendo los trabajadores, activos promotores del movimiento cooperativo hacia finales de los años ’50 y la década del ’60, lo que les permitió la obtención de sus viviendas propias. Dos décadas después, la empresa cerró sus instalaciones en la comuna, con lo que Peñaflor retomó su papel de comuna dormitorio. 

Curamapu, que significa “tierra de la piedra”, fue el nombre con el que se conoció al actual territorio de Peñaflor a la llegada de los conquistadores hispánicos.  Posteriormente, serían estos mismos quienes denominarían al sector como Carrizal. Hacia fines del siglo XVIII, ambos se fueron alternando hasta desaparecer, siendo reemplazado por la actual denominación Peñaflor, con la que la familia Lisperguer nombró a su gran hacienda situada al sur del Cerro La Virgen, situada en el límite nace la comuna 3.

Peñaflor se ubica en la zona sur poniente de la Región Metropolitana. Pertenece a la provincia de Talagante y se encuentra distante 37 kilómetros del centro de la capital. Limita con las comunas de Padre Hurtado, Melipilla, El Monte, Talagante, y Calera de Tango.

Posee variados sectores, como Pelvín área rural de la comuna que se conecta con la zona urbana mediante un puente que cruza el río Mapocho. El lugar es reconocido por sus bellos paisajes naturales, repletos de grandes árboles, la venta de verduras y empanadas, además de ser la vía utilizada por ciclistas que se dirigen a la Cuesta Mallarauco.

Otros como el sector el Guanaco, Pajaritos y Santa Corina, con gran presencia de predios agrícolas, mantienen las tradiciones y su carácter rural.

Sin embargo, uno  de los más conocidos es Malloco, punto de ingreso a la comuna desde  Padre hurtado.

Peñaflor es la comuna más poblada de la provincia de Talagante con 90.201 habitantes, según el censo de población de 2017. Se presenta como una comuna mixta, porque en su territorio de mezclan los estilos de vida propios del campo y de la ciudad, contexto que lo ubica como punto de atracción de personas que desean migrar en busca de un lugar con mejor calidad de vida 1.

Los principales sectores poblados de la comuna son: Peñaflor y Malloco. En la zona urbana de Peñaflor se ubica el centro cívico y la mayoría de los servicios públicos, en tanto que en Malloco se encuentran las zonas productivas, comercio y centros educacionales, por la ventaja de encontrarse cerca de la autopista El Sol y el camino a Melipilla.

La interacción campo-ciudad propia de la identidad peñaflorina influyó en la variación de las actividades económicas de sus habitantes. En la actualidad, las faenas agrícolas han quedado atrás frente a la incorporación de industrias de alimentos, vestuario, comercio y construcción, entre otras.

Parque El Trapiche y Humedal
El sector El Trapiche fue el balneario para la aristocracia de los años ’30. El parque cuenta hoy con zonas de picnic, juegos infantiles, una zona especial para mascotas, food trucks y una ruta turística dedicada al Humedal que tiene una gran diversidad de flora y fauna (coipos, ranas chilenas, garzas) 4.

Este pulmón verde de más de 20 hectáreas, puede ser recorrido en bicicletas de grandes llantas que se arriendan en el lugar, o mediante kayak que permiten pasear por el estero que lo cruza. Posee una medialuna que fue rediseñada como anfiteatro para eventos musicales y culturales, y un pueblito de artesanos, donde se pueden encontrar diversos productos de la zona.  Desde Santiago, se puede llegar hasta el lugar por la autopista El Sol, en un trayecto que dura aproximadamente 40 minutos.

Casona El Reloj
La casona Reloj fue construida por Leopoldo Urrutia Anguita, ministro de la Corte de Apelaciones. Ubicada entre las avenidas Irarrázaval y Caupolicán, fue un ícono de la época en que la aristocracia santiaguina veraneaba en el lugar. Hoy es parte de la identidad de Peñaflor.

El inmueble lleva el nombre por el reloj suizo construido en el piso 12 de la torre, el que se deterioró con el terremoto de 1985 5.

Cerro de la Virgen
Camino a Mallarauco se encuentra este cerro que ha tenido diferentes nombres y significados. Para los indígenas que habitaron la zona fue un lugar sagrado por existir allí una veta de la “Piedra Imán”, la que, según sus creencias, tenía una influencia positiva. Durante la conquista española, fue utilizado como fortificación por parte de los incas presentes en el sector.

Hacia 1910, el Cerro recibió del nombre de “Cerro La Cantera”, ya que se utilizó para obtener piedras que sirvieron para abovedar los canales y rellenar algunos caminos de la comuna y de las principales calles de Valparaíso.

El nombre actual de Cerro La Virgen nace cuando se instaló la imagen de la virgen en su cumbre, como una forma de proteger el lugar, ya que en torno a él giran leyendas de tesoros, túneles y apariciones.

Parroquia del Niño Dios de Malloco
Fue fundada el 25 de diciembre del año 1579 con el nombre de “Doctrina de Tangos” y fue la tercera parroquia establecida en la arquidiócesis de Santiago, siendo la tercera más antigua de Chile.

La Parroquia abarcó a todos los pueblos vecinos y fue atendida por Alonso de Toledo.  En ella se encuentra la imagen del Niño Dios de Malloco, la cual fue donada por la familia Erazo, dueña de la Estancia Malloco. Traída desde Perú, la figura ha sido venerada por siglos, atribuyéndosele numerosos milagros, razón por la cual desde muchas partes de la región y el país llegan personas a pedirle favores.

Nicanor Molinare, el famoso autor de  ‘‘Chiu-chiu’’, ‘‘Cocorocó’’, ‘‘Cura de mi pueblo’’, escribió también “Cantarito de greda”, inspirado en la época del Balneario de Peñaflor.

Cantarito de greda, de Peñaflor,
tu agüita es clara y pura como mi amor,
como mi amor, ay así, yo te lo digo,
que hasta estando despierto (a), sueño contigo,
sueño contigo, ay sí, que eres bonita
y te lavas la cara, con pura agüita.

Agua del río de Peñaflor,
tú me refrescas el corazón.
Agua del río de Peñaflor,
tú me refrescas el corazón.

 

El camino del diablo
Muchas leyendas se cuentan y escriben sobre Peñaflor, entre ellas está El camino del diablo. Esta historia dice que cuando la actual avenida Peñaflor, era un angosto callejón de tierra, era posible encontrarse cara a cara con “el Malulo”, quien transitaba la vestido de negro montando un caballo del mismo color. También era visto con la forma de perro negro, con los ojos rojos incandescentes.

Eran tantos los testimonios de personas que lo habían visto, que durante un tiempo se instaló una cruz de hierro para ahuyentar al demonio 6.

 El Milagroso Niño Dios de Malloco
La figura del Niño Dios fue donada por la familia Erazo dueña de la Estancia Malloco, que tuvo sus orígenes en 1598. La imagen habría llegado del Cuzco durante las primeras décadas del siglo XVI.

Desde su llegada se le atribuyen numerosos milagros, razón por la cual desde muchas partes de la región y el país, llegan personas a pedirle favores a su gruta situada a un costado del viejo camino de Santiago a Melipilla.

Sin embargo, lo que causa mayor sorpresa entre los habitantes de la zona son las historias sobre las “escapadas” del Niño Dios. Cuenta la tradición oral, que el Niño en un traslado hasta la antigua casa parroquial ubicada en Tango, se habría “devuelto” hasta la capilla de Malloco, sin explicación aparente.

La tradición recalca que los favores concedidos por la imagen deben ser pagados, de lo contrario, el Niño no estará tranquilo, expresando su malestar de diversas maneras. Por eso, entre la gente es popular el dicho ¡más cobrador que el Niño Dios de Malloco!

Las Fiestas y tradiciones de la comuna
Peñaflor tiene varias fiestas durante el año. Está la Semana Peñaflorina, la Fiesta de la Cerveza, además de la celebración de Cuasimodo y la Fiesta de las Naciones.

La Semana Peñaflorina, que se realiza durante el mes de febrero, incluye shows en vivo de artistas nacionales e internacionales, una variada oferta gastronómica y feria de artesanos en El Parque El Trapiche y la Plaza de Malloco. Además de la presentación de obras teatrales en diferentes sectores de la comuna.

Descarga y revisa la información disponible:

Libros e investigaciones:
Libro: Peñaflor, Malloco y Padre Hurtado. Una historia de 5 siglos de Hernán Bustos Valdivia y Marta Contreras Zapata. Año 1997. Municipalidad de Peñaflor.
- Libro: Leyendas de la provincia de Talagante de Hernán Bustos Valdivia. Año 2020. Municipalidad de Peñaflor y MUBO.
- Libro: El Mandinga, historias del diablo en la zona central de Chile de Paula García y Pablo Poduje, año 2021. Fundación Fucoa.


Sitios web:
- Municipalidad de Peñaflor
- Blog Peñaflorinos
- Blog Niño Dios de Malloco
- Fiesta de la Cerveza


Videos:
- La historia de Peñaflor. Video en canal de YouTube de la Municipalidad de Peñaflor.

  1. Municipalidad de Peñafor (2021). Plan de Desarrollo Comunal de Peñaflor (2021-2026). 
  2. Municipalidad de Peñafor (s.f.). Reseña histórica de la comuna. Peñaflor.cl
  3. Bustos Valdivia, H. (1997). Peñaflor, Malloco y Padre Hurtado. Una historia de 5 siglos. Santiago: Autoedición.
  4. Municipalidad de Peñaflor (s.f). Turismo de la comuna. Peñafor.cl  
  5. Blog Peñaflor y sus historias (2010). Artículo La Casa El Reloj.  
  6. García P., Poduje, P. (2021). El Mandinga, historias del diablo en la zona central de Chile. Fundación Fucoa.