Monumento Histórico desde 1971
Concebido como hospedaje para los carreteros que emprendían viaje hacia el norte cruzando el Mapocho, este edificio se construyó durante la segunda mitad del siglo XVIII, en la antigua calle de Las Ramadas, hoy Esmeralda.
Historia
La Posada del Corregidor es considerada como uno de los escasos ejemplos de arquitectura colonial urbana existente en Santiago, junto a la Casa Colorada, la Casa de Velasco y la Casa del pilar en la esquina. Presenta en sus fachadas diversos elementos de raigambre colonial como el balcón corrido de madera; la pesada cubierta de tejas; los muros blancos recubiertos de cal; y el tradicional pilar de piedra en la esquina.
El edificio sufrió algunas modificaciones durante el siglo XIX, y hacia 1926, fue adquirida por Darío Zañartu Cavero, quien la remodeló con el fin de instalar ahí un salón de recuerdos coloniales. A él se le debe también, la incorporación de herrerías, puertas de madera y la heráldica de piedra con las armas de la familia del Corregidor Zañartu, proyectando el mito fantasioso que este lugar había sido utilizado por este famoso personaje colonial, para vigilar las obras del Puente de Cal i Canto.
El museo nunca se concretó, y la propiedad se convirtió en la Sociedad de Amigos del Arte por más de cuarenta años, lugar donde se reunían músicos, artistas e intelectuales como Vicente Huidobro y Pablo Neruda.
En sus bajos, funcionó la boite Posada El Corregidor, un conocido centro de entretención y esparcimiento en las décadas de 1960 y 1970. Años más tarde, pasará a manos del Banco del Trabajo, que inició un proceso de restauración, cediéndola en comodato a la Municipalidad de Santiago, con el fin de instalar un centro cultural.
El terremoto de 2010, dejó el inmueble con severos daños, siendo recuperada en 2014 con la ayuda de fondos estatales. En la actualidad es un espacio de exposición artística, llamada Galería de arte Posada del Corregidor.
El edificio fue declarado Monumento Histórico en 1971.
En la calle Asturias, se ubica esta espectacular mansión cuya delicada silueta inspirada en la arquitectura georgian norteamericana, refleja el espíritu original del barrio El Golf, diseñado como una urbanización moderna y elegante, con residencias rodeadas de jardines.
El arquitecto Luciano Kulczewski, considerado uno de los pioneros en emplear la arquitectura de vanguardia en Chile, fue contratado por Martín Figueroa Velasco en 1920, para construir su nueva casa en plena Alameda.
