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San Miguel

El Camino del Inca -en lo que es hoy aproximadamente calle San Diego y luego Gran Avenida- unía el asentamiento ubicado en la actual Plaza de Armas con la huaca de Chena. Vía que los conquistadores españoles llamaron Camino de los Llanos, y que luego tomaría los nombres de Camino del Sur y el Llano Subsercaseaux 1.

Estas tierras olvidadas en los tiempos de la Conquista no eran aptas para la agricultura. Sin embargo, la histórica Batalla de Maipú ocurrida en los terrenos de la hacienda Lo Espejo, crea un nuevo interés en el territorio que cobra  un espacio en el ideario de la nueva nación.

La chacra San Francisco del Llano es adquirida por el director supremo Bernardo O´Higgins en el año 1821, quien acrecienta los cultivos de trigo y viñas. Tras abdicar en 1823, cede su propiedad a su madre, Isabel Riquelme, quien la vende en 1839 al político y comerciante de Valparaíso Ramón Subercaseaux Mercado (1790-1859), quien destina la extensa hacienda al cuidado de animales, además de la siembra de trigo y cebada 2.

El Zanjón de la Aguada y la construcción de los canales San Carlos (1821) y San Miguel (1822) permiten regar las tierras del llano del Maipo, convirtiendo los áridos terrenos en fértiles cultivos. De acuerdo al padrón de 1896-1897 las propiedades agrícolas más importantes del sector eran la ya mencionada hacienda Subercaseaux; la chacra Ochagavía de Silvestre Ochagavía; el fundo Santa Rosa de Servando Artega; El Traro de Nicolás Valdivieso; Lo Valledor de la sucesión de Joaquín Valledor y Mirador Negro de Luis Pereira 3.

A orillas del Camino del Sur, Ramón Subercaseaux construye la zona de servicios, bodegas y casas de sus trabajadores, además de la cava de su residencia, hoy la Casa de la Cultura de San Miguel.

A esto, se suma un jardín y un huerto de tres cuadras, además de un gran óvalo rodeado de rejas en la parte delantera de la casa, con un parrón de madera que conducía a una laguna, rodeada por álamos. 

Auge viñatero y nacimiento del Barrio El Llano
En 1851, los vecinos de la chacra Ochagavía introducen cepas francesas en sus viñas, lo que motiva a Subercaseaux a seguir su ejemplo. Sin embargo, justo después de haber contratado al viñatero francés Louis-Joseph Bachelet, muere sin ver cumplido su sueño 4. Tras su fallecimiento en 1859, asume sus labores su viuda Magdalena Vicuña y su hijo Ramón Subercaseaux Vicuña, quienes mandan a construir nuevas cavas e instalaciones. El auge vitivinícola se consolida tras el matrimonio de Emiliana Subercaseaux Vicuña con Melchor Concha y Toro, quien crea la viña Concha y Toro 1.

La inauguración del ferrocarril al sur en 1857, cuyo primer tramo unió Santiago con San Bernardo, puso al Llano de Subercaseaux en una estratégica ubicación. Ya iniciado el nuevo siglo, se inicia la urbanización de la viña, que se acrecienta en 1937, con la muerte de Ramón Subercaseaux Vicuña.

El nuevo barrio El Llano sigue el modelo de ciudad jardín, con viviendas eclécticas y aisladas, rodeadas de naturaleza y emulando las villas europeas 4. Junto con el desarrollo residencial se construyen los servicios necesarios para sus habitantes: la Iglesia de San Miguel Arcángel (1881), el Hospital Barros Luco (1911), el Colegio Claretiano (1926) y el Hospital Exequiel González Cortés (1952).

En los años ‘50 se empezó a edificar la parte sur del barrio, con viviendas para los empleados de la Caja de Empleados Públicos y Periodistas y la Sociedad de Reporteros Gráfico, entre otros. Sin embargo, la presión inmobiliaria cambió la fisonomía del sector a partir de los años noventa, con numerosas torres en altura.

La comuna debe su nombre al arcángel Miguel. Esto, luego que Gaspar Banda de Aguilera, uno de los soldados conquistadores españoles, hiciera una manda tras ser acusado de herejía.

Cumplió su promesa elevando una ermita en honor al ángel custodio de Cristo en los terrenos de la actual comuna. Siglos después, en este mismo lugar,  fue fundada el 20 de septiembre de 1881 la Iglesia San Miguel Arcángel, gracias a la donación de terrenos que hicieron Gregorio Mira Iñiguez y su esposa Mercedes Mena Alviz, dos grandes terratenientes y benefactores de la época 2.

 

Limita al norte con la comuna de Santiago, al este con San Joaquín, al oeste con Pedro Aguirre Cerda y al sur con San Ramón y La Cisterna.

Museo a Cielo Abierto
Inmensos murales en costados de edificios son posibles apreciar en diversos puntos de la comuna, en los que se representan tanto personajes locales como imágenes históricas.

La idea surgió desde la población San Miguel, donde sus edificaciones eran constantemente rayadas, por lo que sus vecinos decidieron transformarlos en un verdadero museo al aire libre. Se trata de 40 obras realizadas por 70 artistas, las que cubren más de 4.0002 y que pueden ser disfrutadas de manera gratuita por vecinos y visitantes, convirtiéndose en una de las mayores expresiones colectivas de arte callejero en Chile.
- Conoce más en museoacieloabiertoensanmiguel.cl

Parque del Cómic
Emplazado al oeste de la Gran Avenida en el sector de El Llano, fue inaugurado en 2008. Cuenta con cuatro grandes estatuas de personajes típicos chilenos creados por Pepo: Condorito, acompañado de sus amigos Pepe Antártico, Ogu y Mampato, además de 97 viñetas con personajes de historietas nacionales.

La idea surgió desde un grupo de fanáticos de estos dibujos fundaran en la década de los 90 el Centro Nacional del Cómic.

Casa de la Cultura
Este edificio de características coloniales se construyó sobre las antiguas bodegas viníferas de la viña Subercaseaux, que fuera propiedad de Ramón Subercaseaux.

En sus dependencias la Biblioteca Municipal y en lo que era la cava existe una sala para exposiciones y eventos culturales.

Plaza José Miguel Carrera
En el lugar existe una estatua del prócer de la Independencia, José Miguel Carrera. El escultor francés Auguste Dumont lo representa de pie y con su uniforme militar. Antes de esta locación, la escultura estuvo emplazada en la Alameda, pero fue trasladada a esta comuna cuando se erigió otra en su honor realizada por el chileno Héctor Román, en la que figura montado sobre su caballo Puelche.

Una característica particular de San Miguel es que sus avenidas son nombradas con numerales (Primera Avenida, Segunda Avenida), mientras que las calles que las cruzan se llaman Transversales y van numeradas de este a oeste de manera paralela a la Gran Avenida José Miguel Carrera, su principal vía (Primera Transversal, Segunda Transversal).  

Un dato importante para San Miguel y para la cultura del país es que  en sus barrio surgió una de las bandas más importantes de Chile: Los Prisioneros, cuyos integrantes se conocieron en el Liceo 6 en la década de los 80. Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, conformaron el grupo musical que creó emblemáticas canciones como El baile de los que sobran, La voz de los 80 y Estrechez de Corazón, entre otros grandes éxitos.

 

 

Descarga y revisa la información disponible:

Libros e investigaciones:
- Memorias de San Miguel, un recorrido por la historia de nuestra comuna, del Departamento de Cultura Corporación Municipal de San Miguel. Santiago: Andros.. Año 2016.
- San Miguel de la colonia a la independencia 1535-1880, de Guillermo Kaempffer. Año 1966.
- Artículo: El Llano Subercaseaux. Desarrollo y pérdida de su identidad en la tipología residencial actual, de Paulina Alvarado. Revista de Arquitectura Vol. 22 N° 32. Año 2017.


Sitios web:
- Municipalidad de San Miguel
- Corporación Municipal de San Miguel
- Museo a Cielo Abierto
- Blog: Realidad del Llano


Videos:
- Cápsula patrimonial: Relato de San Miguel. Corporación Municipal de San Miguel y Patrimonio Santiago Sur. Año 2020.

  1. Depto. de Cultura Corporación Municipal de San Miguel (2016). Memorias de San Miguel, un recorrido por la historia de nuestra comuna. Santiago: Andros.
  2. Municipalidad de San Miguel (s.f.). Historia de la comuna de San Miguel. web.sanmiguel.cl 
  3. Echaiz, R.L., (1975). Historia de Santiago. Curicó: Ediciones Nueve Noventa, 2017.
  4. Alvarado P. (2017) Artículo: El Llano Subercaseaux. Desarrollo y pérdida de su identidad en la tipología residencial actual. Revista de Arquitectura Vol. 22 · N° 32