El territorio que hoy se conoce como Maipú estaba constituido por las haciendas El Bajo y Lo Espejo, que junto a las tierras de los Llanos de Maipo o Llanos de Lepe, sumaban 20 mil hectáreas.
Mateo de Lepe fue un importante albañil de la época colonial, que participó de importantes obras públicas de la naciente ciudad, como los primeros tajamares del río Mapocho. En 1627, el gobernador Luis Fernández de Córdoba y Arce le dona a Lepe las tierras del Llano del Maipo, territorio de secano en donde sólo crecían matorrales y grupos de espinos y algarrobos gracias al cercano Zanjón de la Aguada. Una vez que sus herederos venden este territorio a Pedro del Villar es que se inicia el ciclo agrícola del sector, gracias a la construcción de un canal de regadío.