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RM

Los primeros habitantes de la comuna corresponden a la Cultura Aconcagua Salmón, indígenas avanzados en agricultura y alfarería provenientes del norte que se agruparon sin llegar a formar aldeas. En la zona se han encontrado cerámicas de arcilla decoradas con formas geométricas, piedras para moler, talladas y pulidas y piedras horadadas.

Por las tierras de Curacaví (piedra del festín) y María Pinto llegaron a la zona de la actual Melipilla, tribus provenientes de la Cultura Aconcagua Salmón. Orillando el estero Puangue estos indígenas avanzados en agricultura y alfarería fueron adentrándose hasta asentarse a los pies del Cerro Redondo. Al no contar con suficiente agua, construyeron un canal de regadío de 17 kilómetros de largo, para conducir y aprovechar las aguas de los ríos Mapocho y Maipo.

Cinco fueron los pueblos indígenas de mayor importancia que se encontraron las tropas españolas en la llamada comarca de Ñuñohue: Vitacura, Apoquindo, Tobalaba, Macul y Ñuñoa.

Tras la fundación de Santiago, los terrenos son entregados por los gobernadores a sus más destacados servidores. Es así como en el año 1604, el Gobernador de Alonso de Ribera, otorgó una merced de 350 cuadras de Peucodañe al teniente Hernando Talaverano Gallegos (quien tras la muerte De Ribera lo sucedió como gobernador durante 10 meses, tiempo en que liberó a los prisioneros mapuches). En esta zona hubo otras importantes estancias como Curamapu (Peñaflor), de la familia Lisperguer; Malloco, de Domingo de Erazo; Pelvín, de Santiago de Azócar y Carrizal, de los Valdivia

Los primeros habitantes del territorio fueron las culturas Bato, Llolleo y posteriormente los Aconcagua.
Al llegar las tropas de Pedro Valdivia al Valle del Mapocho en 1540, vivían en este sector distintos jefes indígenas bajo el mando del poderoso curaca inca Vitacura, quien estaba instalado en las inmediaciones del cerro San Luis. Sus caciques subalternos eran Palabanda, Pujalongo y Longopilla.

*Imagen de portada: Escultura Plegar el paisaje, obra de Cristián Salineros. Fotografía de la Municipalidad de Lo Barnechea. La comuna fue creada por decreto el...

Previo a la llegada de los españoles, el territorio en que se emplaza la comuna de Lo Espejo estaba habitado por el pueblo Picunche, grupo que se encontraba bajo el dominio de los Incas y que tenía dominio de la alfarería, la agricultura, ganadería y el trabajo en metal.
Tras la fundación de Santiago en 1541 y el reparto de tierras a través de encomiendas, el sector quedó en manos de Diego de Oro, quien fue uno de los soldados que defendió la naciente villa del ataque del cacique Michimalongo en septiembre de 1541.

Fotografía de portada: Centro Cultural de Lo Prado vía OH Stgo! En el año 1785 se instaura el mayorazgo de la familia de Lo Prado,...

Casa Vásquez, Macul. Año 2019.

Imagen de portada: Casa Vásquez, Macul. Año 2019. Fotografía: Archivo Brügmann. Previo a la conquista española, la comarca de Ñuñohue contaba con una gran población...

El territorio que hoy se conoce como Maipú estaba constituido por las haciendas El Bajo y Lo Espejo, que junto a las tierras de los Llanos de Maipo o Llanos de Lepe, sumaban 20 mil hectáreas.

Mateo de Lepe fue un importante albañil de la época colonial, que participó de importantes obras públicas de la naciente ciudad, como los primeros tajamares del río Mapocho. En 1627, el gobernador Luis Fernández de Córdoba y Arce le dona a Lepe las tierras del Llano del Maipo, territorio de secano en donde sólo crecían matorrales y grupos de espinos y algarrobos gracias al cercano Zanjón de la Aguada. Una vez que sus herederos venden este territorio a Pedro del Villar es que se inicia el ciclo agrícola del sector, gracias a la construcción de un canal de regadío.