Monumento Histórico desde 1981
Es uno de los pocos edificios estructurado en base a muros de adobe que sobreviven en Santiago, presumiblemente construido durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Historia
Su arquitectura responde a la vivienda de tipo colonial urbana, de un nivel, distribuida originalmente en tres patios y cuya fachada se organiza en torno a una puerta de grandes dimensiones desde donde se accede al zaguán. Las ventanas presentan marcos de madera con dinteles ornamentados, y herrería como protección; además de un entablamento de madera que se eleva sobre la cornisa para ocultar la teja. Estos últimos elementos son propios de las reformas efectuadas durante el siglo XIX.
Los patios interiores presentan sencillos tratamientos en su fachada, destacando en el segundo, un corredor con pilares de madera sobre una bases de piedra, que forman leves arcos en la parte superior.
La casa fue habitada por Rosario Puga y Vidaurre, madre de Demetrio O’Higgins, fruto de la relación que mantuvo con el Director Supremo Bernardo O’Higgins. Popularmente se dice que este personaje frecuentó la casa, y se hospedó ahí, durante los álgidos días posteriores a su renuncia, antes de partir al exilio al Perú.
Posteriormente, la mansión pasó a otros propietarios, como la familia Muñoz Bezanilla, y hacia 1860, a Manuel Tagle Gamboa y su mujer, Carlota Correa de Saa. Sus hijas, heredan la casa, pasando en 1917 a manos del Instituto de Caridad Hermandad de Dolores, por disposición testamentaria de Celinda Tagle.
Subarrendada al Ministerio de Educación durante la mayor parte del siglo XX, ahí funcionaron las escuelas públicas n°23 y °17. Hacia el año 2000, la vivienda tiene otros usos, siendo arrendada a la Fundación Paternitas y luego, a la Escuela de Teatro La Olla, espacio artístico de formación actoral, quienes se mantienen en el lugar hasta el 2018.
En 2019, el edificio fue sometido a una exhaustiva restauración encomendada por el Instituto de Caridad Hermandad de Dolores.
El Consejo de Monumentos Nacionales declaró la casa como Monumento Histórico en septiembre de 1981.
En la calle Asturias, se ubica esta espectacular mansión cuya delicada silueta inspirada en la arquitectura georgian norteamericana, refleja el espíritu original del barrio El Golf, diseñado como una urbanización moderna y elegante, con residencias rodeadas de jardines.
El arquitecto Luciano Kulczewski, considerado uno de los pioneros en emplear la arquitectura de vanguardia en Chile, fue contratado por Martín Figueroa Velasco en 1920, para construir su nueva casa en plena Alameda.